sábado, septiembre 21, 2013









El sueño se repite en diferentes facetas, un tren, avión... Esta vez, un auto. Sentada detrás del asiento de chófer, aunque sin conductor visible, siento la velocidad considerable que va tomando el vehículo.



No quiero rosas, con tal que haya rosas.
as quiero sólo cuando las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora, eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría.
Ah... ¿con qué limosna la calentaré?

Fernando Pessoa






viernes, mayo 24, 2013