No quiero rosas, con tal que haya rosas.
as quiero sólo cuando las pueda haber.
¿Qué voy a hacer con las cosas que cualquier mano puede coger?
No quiero la noche sino cuando la aurora la hizo diluirse en oro y azul.
Lo que mi alma ignora, eso es lo que quiero poseer.
¿Para qué?... Si lo supiese, no haría versos para decir que aún no lo sé.
Tengo el alma pobre y fría.
Ah... ¿con qué limosna la calentaré?
Fernando Pessoa
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